Enrique Romero, ex secretario de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, se mostró contundente al opinar sobre la situación del transporte público en la provincia. En un comunicado reciente, apuntó contra Gerónimo Vargas Aignasse, refiriéndose a él como "El Rey de la Noche": en un tono irónico dijo que Aignasse tiene un gran conocimiento sobre "Carnavales de Ranchillos, Boliches y Fiestas Electrónicas"; pero que ostenta una "supina ignorancia" cuando se refiere al transporte público de pasajeros de Tucumán.

Romero explicó que la crisis del transporte es un problema nacional que comenzó cuando la Nación distribuyó los subsidios de manera inequitativa. Según su análisis, de cada diez pesos destinados al transporte, nueve quedaban en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y solo uno iba al interior del país, de los cuales solo 10 centavos llegaban a Tucumán. "A pesar del esfuerzo del Gobierno Provincial, el transporte corre el riesgo de desaparecer, está en caída libre", advirtió.

El ex funcionario subrayó que la situación no solo afecta a la capital provincial, sino también a las líneas del interior. Señaló la falta de ideas y soluciones por parte de los dirigentes que, según él, no entienden la gravedad de la crisis y se limitan a criticar al municipio capitalino.

Romero también elogió la decisión del gobernador Osvaldo Jaldo de adquirir 100 nuevas unidades de ómnibus para el transporte público, calificándola como correcta dada la emergencia económica y financiera sancionada por la legislatura. "Los empresarios no tienen condiciones para invertir en nuevas unidades debido a la crisis económica, el precio del combustible, la inflación y la falta de equidad en la distribución de los subsidios", explicó. Además, recordó que la eliminación de los subsidios al interior, llevada a cabo por Javier Milei, profundizó aún más la problemática.

Entre otros datos alarmantes, Romero destacó que desde marzo hasta la fecha, la provincia ha registrado una caída de 1 millón de pasajeros en el sistema de transporte, lo que ha acelerado la descapitalización de las empresas. Según su análisis, la situación actual del transporte en Tucumán está "reducida a la subsistencia", dependiendo casi exclusivamente de los aportes del gobierno provincial. Esto ha provocado un deterioro constante en la flota, cuya última renovación significativa se dio en 2018, cuando se adquirieron ómnibus con rampas para discapacitados y pisos súper bajos para mejorar la accesibilidad. Sin embargo, la posterior disparada del dólar hizo que las nuevas unidades fueran impagables y que las empresas no pudieran acceder a la financiación.

En condiciones normales, señaló Romero, la renovación de la flota debería realizarse a razón del 10% anual, lo que implicaría unos 120 ómnibus por año en la provincia. No obstante, el atraso en las adquisiciones desde 2018 requeriría una inversión de al menos 240.000 millones de pesos y una década para renovar el 100% de la flota.

Por último, Romero explicó que el sistema metropolitano de transporte en Tucumán está diseñado para operar con 800 ómnibus y unos 2.400 empleados, transportando a 700.000 personas por día hábil. Sin embargo, desde marzo, el sistema ha sufrido una pérdida de 1 millón de pasajeros. "El transporte funciona por demanda derivada. Si las personas no necesitan trasladarse, el servicio pierde sentido", comentó.

Ante esta situación, Romero insistió en la necesidad de readecuar la oferta a la demanda y de explorar nuevas alternativas de transporte. Sin embargo, criticó la "orfandad de ideas" que aqueja tanto a los dirigentes provinciales como a los municipales, mencionando específicamente a Alfredo Viña y Rodolfo Berarducci.

La falta de respuestas y la crisis estructural del transporte en Tucumán parecen estar lejos de una solución, según el análisis del ex secretario de Tránsito.